8.01.2014

Cómo encontrar la verdadera felicidad.


Quizás te ha pasado, al igual que a mí, que atribuyes tu insatisfacción o estado de ánimo, a una situación en particular, razón por la cual no eres feliz. Lo cierto es que somos seres emocionales y nos dejamos llevar fácilmente por las circunstancias. En este sentido, los científicos de Harvard dicen que "la felicidad es una emoción que crea el cerebro cuando satisfacemos ciertos gustos muy particulares”.

Entonces, podemos deducir que si nuestros gustos son tener el trabajo soñado, dinero, casa, un buen carro, una linda familia, linda ropa, vivir en un lugar hermoso; seremos felices, por supuesto. De lo contrario, si no tenemos trabajo, no podemos pagar el carro, quizás tenemos el riesgo de perder la casa, entonces no seremos felices.

Vemos que así será muy fácil caer ante las presiones que hoy nos impone la sociedad, con estándares muchas veces difíciles de cumplir. Todo esto se vuelve más difícil cuando comenzamos a querer compararnos con los demás; pensamos si nuestro futuro será incierto o no; o cuando damos mucha importancia a nuestras limitaciones, ya sean estas físicas, emocionales o económicas, todo esto nos llevará por el camino de la insatisfacción.

Es allí donde debemos irnos a lo elemental de la vida, recordando que nuestro principal propósito al ser creados fue amar a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, así que pensando de esta manera veremos que lo que esté fuera de ahí, no nos hará felices ni agradará a Dios.

Aquí algunos principios que nos pueden ayudar a mantenernos enfocados y a que esos episodios de contentamiento sean más largos que los episodios de estrés, desánimo y depresión.

1. Contentamiento (o no depender de): El mayor ejemplo de contentamiento en la Biblia es Pablo. (Filipenses 4:12-13). El valoró como algo muy preciado lo que le tocó vivir. Cualquiera que sea nuestra circunstancia, tratemos de pensar, qué puedo aprender de esto? Como dijo el famoso médico Suizo, Paul Tournier: “lo que nos hace felices o desdichados no son las circunstancias, sino nuestra actitud ante ellas”.

2. Paciencia: Es muy difícil mas no imposible. Todo tiene un tiempo en la vida y como  todo, lo que estás viviendo ahora tiene un tiempo para comenzar y un tiempo para terminar. 

3. Sé diligente: Aunque sin afanarte, debes ser diligente y tratar de ver esa oportunidad que se está presentando en tu vida para sacarle algún tipo de provecho y proyéctate a futuro.

4. Disfruta: Puede ser que ese problema que tienes ahora no vuelva jamás a tu vida. Entonces, disfruta, saca provecho a este tiempo y atrévete a hacer cosas diferentes.

5. Planifica: Al mismo tiempo, mientras estás en esa etapa difícil, planifica tu futuro. Haz tu proyecto de vida. Si no lo haces, los demás estarán manejando tu futuro.

Finalmente, tenemos dos opciones para reaccionar frente a la vida y sus dificultades: la amargura, como lo definiera el filósofo rumano Emil Cioran, al declarar “todo me deja insatisfecho” o la aceptación confiada del apóstol Pablo, cuando hace una de las más contundentes confesión de vida: “he aprendido a contentarme en toda situación”. Nosotros elegimos.


    

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