No es un secreto que estos son tiempos especialmente difíciles. Estoy segura que en algún momento, en estos últimos 10 años, a algunos de ustedes les ha tocado una que otra dificultad económica.
Yo no soy la excepción a esta realidad. En mi caso en particular, mi esposo y yo decidimos que yo estaría con los chicos en la casa hasta que estos tuvieran edad escolar. Para los que me conocen bien, esto de verdad que fue un cambio muy radical en mi vida.
Al tomar esta decisión, estaba asumiendo algo que no entendía muy bien, y para lo cual no era muy buena: la economía familiar. El reto ha sido bien grande porque con un solo ingreso en casa, tres niños y muchos pagos que hacer tuve que innovar y hacer ajustes en mi vida.
Aquí les dejo algunos tips que me ayudaron centrarme y poder mantener a flote la economía familiar:
1. Seamos prudentes, primero lo primero: Realmente no necesitas muchas cosas que siempre usas y compras. Lo elemental es pagar los gastos fijos y luego el cuidado de los niños con su alimentación, educación, ropa, diversión, entre otros. Si te enfocas en vivir una vida libre de deudas, vas a evitar el uso excesivo de tarjetas de crédito, el comer fuera todos los días y tratarás de planificar las salidas de vacaciones familiares al menor costo.
2. Debemos ser responsables y separar lo que necesitamos de lo que queremos: Me encanta la ropa de marca, los zapatos, las carteras, pero no era tiempo para darme esos pequeños mimos que le encanta a toda mujer. En su lugar, trato siempre de buscar las tiendas de oportunidad o las ofertas online. Finalmente, solo tengo dos pies, dos manos y un solo cuerpo que vestir, evitemos vivir de las apariencias.
3. Sirvamos a los demás. No te imaginas lo increíble que es servir a los demás. Esto pone tus problemas en perspectivas y te darás cuenta rápidamente que tus problemas no son tan grandes.
Todavía nos falta mucho por aprender y no considero para nada ser el mejor ejemplo en cuanto al tema financiero; conozco mejores que yo en este sentido, pero la paz y la tranquilidad que da el saber que no estás endeudado, no tiene precio. Recordemos finalmente que “una casa se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio”. Proverbios 24:3.
Elizabeth Ramirez
Editora Global Revista Digital
Yo no soy la excepción a esta realidad. En mi caso en particular, mi esposo y yo decidimos que yo estaría con los chicos en la casa hasta que estos tuvieran edad escolar. Para los que me conocen bien, esto de verdad que fue un cambio muy radical en mi vida.
Al tomar esta decisión, estaba asumiendo algo que no entendía muy bien, y para lo cual no era muy buena: la economía familiar. El reto ha sido bien grande porque con un solo ingreso en casa, tres niños y muchos pagos que hacer tuve que innovar y hacer ajustes en mi vida.
Aquí les dejo algunos tips que me ayudaron centrarme y poder mantener a flote la economía familiar:
1. Seamos prudentes, primero lo primero: Realmente no necesitas muchas cosas que siempre usas y compras. Lo elemental es pagar los gastos fijos y luego el cuidado de los niños con su alimentación, educación, ropa, diversión, entre otros. Si te enfocas en vivir una vida libre de deudas, vas a evitar el uso excesivo de tarjetas de crédito, el comer fuera todos los días y tratarás de planificar las salidas de vacaciones familiares al menor costo.
2. Debemos ser responsables y separar lo que necesitamos de lo que queremos: Me encanta la ropa de marca, los zapatos, las carteras, pero no era tiempo para darme esos pequeños mimos que le encanta a toda mujer. En su lugar, trato siempre de buscar las tiendas de oportunidad o las ofertas online. Finalmente, solo tengo dos pies, dos manos y un solo cuerpo que vestir, evitemos vivir de las apariencias.
3. Sirvamos a los demás. No te imaginas lo increíble que es servir a los demás. Esto pone tus problemas en perspectivas y te darás cuenta rápidamente que tus problemas no son tan grandes.
Todavía nos falta mucho por aprender y no considero para nada ser el mejor ejemplo en cuanto al tema financiero; conozco mejores que yo en este sentido, pero la paz y la tranquilidad que da el saber que no estás endeudado, no tiene precio. Recordemos finalmente que “una casa se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio”. Proverbios 24:3.
Elizabeth Ramirez
Editora Global Revista Digital
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