Quizás sabes lo frustrante que es esperar que tu celular se cargue. Se te acabó la batería en esa conversación tan interesante, pero no puedes hacer nada más que esperar.
A la mayoría de nosotros no nos gusta esperar. Nos frustramos muy fácilmente al esperar ser atendidos en una tienda de comida y es que siempre estamos muy apresurados.
Pero, mientras nosotros estamos tan apurados, usualmente Dios no lo está. Como ejemplo, podemos ver el caso de Maria y Martha que mientras esperaban que llegara el Maestro, su hermano Lázaro murió. El resto de la historia, ya la sabemos.
Y es que Dios tiene muchos motivos para hacernos esperar. Esperar es parte de la vida y Dios lo utiliza como una herramienta para construir y desarrollar nuestro carácter.
La Biblia está llena de historias sobre hombres y mujeres que tuvieron que esperar en Dios como Noé, Abraham, Moisés, José, David, Daniel, Jesús, Pablo y muchos otros más.
Pero, qué quiere Dios de nosotros en esa espera?
1. Esperar revela nuestra verdadera motivación. El tiempo de espera traerá lo mejor o lo peor de nosotros a la luz.
2. La espera nos enseña la paciencia. Si podemos esperar en cosas pequeñas, luego podremos hacerlo en las cosas más grandes. El proceso de espera nos mostrará lo que realmente es importante para Dios: influenciar a otros.
3. La espera nos ayuda a valorar lo que se nos otorga. Seremos mejores administradores de lo otorgado porque luego del tiempo de espera y quizás escasez, valoraremos mucho más lo que tengamos.
4. La espera transforma nuestro carácter. La mayoría de nosotros conoce la historia de la liberación del pueblo Israelita por parte de Moisés pero no nos detenemos a pensar que a el le tomó 40 años entender este proceso. Dios utilizó este tiempo para transformar su carácter.
5. La espera construye intimidad y dependencia en Dios. Esperar en el tiempo de la dificultad nos lleva a desarrollar una estrecha relación con Dios.
Esperar es difícil, sí lo sabemos y quizás no vamos a entender todo el proceso, pero de algo que estamos seguros es que Dios nunca nos dejará solos en ese proceso.
Fuente: relevantmagazine.com
Artículo original de Eric Speir, pastor y profesor universitario.
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