6.06.2013

El nuevo inmigrante: articulo segunda entrega Revista Global


La fuga de cerebros no parece ser un fenómeno novedoso ya que encontramos situaciones similares a lo largo de toda la historia de occidente. Podemos verlo desde la Academia de Filósofos Neoplatónicos, pasando por la caída del imperio bizantino a manos turcas cuando una considerable cantidad de sabios de la metrópoli afloraron a las costas griegas y mediterráneas, especialmente a Italia; y pasando por  la Reconquista de España, cuando los Reyes Católicos buscaban un reino religiosamente unificado y expulsaron a los judíos en 1492. Su expulsión fue una causa clave del decaimiento económico posterior de España, llegando a necesitar así el servicio de banqueros extranjeros para poder restablecerse.
Históricamente, la fuga de cerebros ha afectado principalmente a los países en vías de desarrollo o en conflicto bélico, debido a que los científicos formados en instituciones del país de origen emigran al exterior en busca de mejores oportunidades laborales y económicas, malgastando recursos en formación de los países de origen. No obstante, luego de la crisis económica mundial que afectó principalmente al denominado Primer Mundo, revirtió las condiciones económicas, y muchos de los países en desarrollo han recibido en el último tiempo un caudal importante de investigadores y profesionales de todas las ramas.
En el caso de los Estados Unidos, según el censo realizado en el 2010, los datos reflejan esta realidad. La entidad encargada de llevar a cabo el estudio demográfico identificó la diversidad étnica denominando una de las minorías representadas en la nación como “Hispano y Latinoamericano” o “No Hispano o Latino”, dentro de las categorías para definir el grupo, aunque no es algo oficial y tampoco es una raza; los “hispanos y latinos” componen uno de los grupos minoritarios más grande en la nación.
La población hispana o latina es joven y de rápido crecimiento, debido a la inmigración y la tasa de natalidad. Durante décadas ha contribuido de manera importante al aumento de la población en los EE.UU., y se espera que continúe durante décadas más. Las estimaciones de la Oficina del Censo dicen que en 2050 una cuarta parte de la población total estadounidense será de origen “hispano o latino”.
El hispano o latino que no nació en los EE.UU,  históricamente era un inmigrante sin un elevado nivel académico. La situación ha cambiado en los últimos años. Hemos visto cómo muchos latinos vienen a comenzar de nuevo, con sueños de una mejor vida  y con una carrera universitaria lograda en base a grandes sacrificios en sus países de origen.
Lamentablemente, al llegar a nuevas tierras, ya sea EEUU o algún otro país desarrollado; especialmente países europeos, este nuevo inmigrante se encuentra con una barrera prácticamente invencible y si a esto le añadimos  el idioma, son muchos los que se han quedado vencidos en el camino, y han decidido olvidar lo que lograron en base a mucho esfuerzo, resignándose a que no podrán nunca más ejercer sus carreras.
En esta segunda entrega de  “Global” estaremos abordando, entre otros temas, la “nueva cara del inmigrante latino”, específicamente en los Estados unidos. Vamos a tratar de definir esas barreras que enfrentamos y cómo podemos vencerlas. También, vamos a conocer importantes figuras latinas que han logrado insertarse en sus áreas de conocimiento, con notable éxito y que hoy son dignos representantes de nuestras tierras.


Elizabeth Ramirez (Betty)
Editora



Para el Censo 2000, American community survey: Las personas que se identifican con los términos "hispano" o "latino" son aquellos que se clasifican en una de las categorías específicas de los hispanos o latinos que figuran en el Censo de 2000 o el cuestionario ACS - "mexicano", "portoriqueño", o "cubano"-, así como aquellos que indican que son "otro español, hispano o latino". El origen puede ser visto como la herencia, el grupo de la nacionalidad, el linaje o el país de nacimiento de la persona o los padres de la persona o sus antepasados ​​antes de su llegada a los Estados Unidos. Las personas que identifican su origen como hispano, español, o latinos pueden ser de cualquier raza.

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