"...y aunque podría hacer cualquier cosa, no debo volverme esclavo de nada". |
En la primera entrega vimos que todas las adicciones tienen un solo fin: la fuga de los estados emocionales que es lo que genera la dependencia y provoca que la voluntad se atrofie. De esto concluimos que todo estado de dependencia es posterior a un estado emocional intolerable, que mediante la actividad adictiva logra un alivio momentáneo. Por ejemplo, el adicto a las drogas, llega al nivel donde no puede controlar sus emociones ni sus actos, su voluntad se rompe y sabiendo las consecuencias de su adicción, cae de nuevo víctima de la misma.
Existen adicciones químicas; por ejemplo, cuando una persona es adicta a la marihuana, cocaína o al alcohol y los cigarrillos. También existen adicciones conductuales, entre ellas, ludopatía (alteración progresiva del comportamiento por la que un individuo siente una incontrolable necesidad de jugar); gasto compulsivo (o la persona que no puede controlar lo que compra y gasta); adicción al uso del celular, internet, a los medios sociales, al juego, al ejercicio físico, dependencia emocional; adicción a la religión y adicción al sexo.
El concepto de la adicción conductual, puede asociarse además a conductas o comportamientos que a primera vista son “saludables y no peligrosas”. Estas conductas, pueden convertirse en adictivas, en función de la fuerza, la asiduidad o la cantidad de tiempo y dinero que la persona invierta en llevarlas a cabo, llegando a interferir gravemente en el funcionamiento del individuo. Las adicciones conductuales tienen consecuencias parecidas a las de las drogas.
Dentro de las características de una persona adictiva podemos detectar el debilitamiento de la voluntad y un incremento de la pérdida de control; va desarrollando una manera particular de conducirse, de sentir y de pensar, a partir de una lógica adictiva, que se presenta lentamente como un sistema de creencias ficticias y engañosas que hace que la vida del adicto sea dirigida; llegan así los rituales adictivos a partir de los cuales el sujeto se reafirma en sus nuevas creencias y valores (estilo de vida adictivo). También podremos ver un vacío existencial con predominio de la pérdida o falta de sentido y la ilusión de encontrar un objeto, sustancia o actividad que le proporcione serenidad y satisfacción, provocando finalmente su quebrantamiento emocional lo que hace al adicto vulnerable y susceptible.
Al principio, las conductas adictivas conductuales y psicológicas son un reforzador positivo, la persona empieza a realizarlas ya sea porque le gusta o le apetece, pero con el tiempo llegan a convertirse en una obsesión y el individuo necesita realizar esas conductas para aliviar un malestar. Este tipo de adicciones tardan bastante tiempo en convertirse en lo que se denomina adicción. Se puede hablar incluso de años desde que la persona empieza a establecer una conducta poco apropiada hasta que llega a estar 'enganchada' o totalmente presa.
En la próxima entrega, dentro de las adicciones conductuales, vamos a abordar las adicciones religiosas. Esperamos que estos artículos sean de ayuda para nuestros lectores.
Elizabeth Ramirez
Editora Global Revista Digital
Fuentes principales:
Estudios sobre las adicciones de la Universidad de Guadalajara; joveneshispanos.org; wikipedia; Entrevista al doctor Fericgla http://www.mind-surf.net/drogas/adicciones.htm; eldiario.es; Hogares Crea; saludylibertad.com; monografías.com/adiccionesnoconvencionales.
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