Durante esta temporada de navidad, los norteamericanos gastan una
millonaria cantidad de dinero en regalos, viajes y eventos.
Regalarse a sí mismo es uno de los renglones que va en aumento. Podemos así
ver cómo va nuestra sociedad. Pero además de este renglón, tenemos una lista extensa
de regalos, los hijos, tu pareja, sobrinos, el conductor del bus que lleva y
trae tus hijos de la escuela, sus maestros, y un largo etcétera.
Es importante ver con ojo crítico cual es nuestra real motivación para dar
en esta temporada hermosa que es la navidad.
Ante toda esta presión de regalar, debemos asegurarnos de que no nos muevan
las motivaciones incorrectas. Dar regalos en navidad tiene básicamente origenes
en el cristianismo, pero esto no se está reflejando necesariamente en la tendencia de
hoy de comprar compulsivamente; definitivamente no es de eso que se trata.
En general, dar en navidad no debe limitarse solamente a ese listado que
hacemos siempre ya que siguen cohabitando con nosotros muchas personas en
necesidad, cárceles, hogares de acogida para mujeres maltratadas, niños huérfanos
y problemáticos.
Si leemos cuidadosamente las Escrituras, inevitablemente vamos a tener que
reorganizar ese listado y vencer esa tendencia capitalista que nos consume en
estos días, echando a un lado nuestro egoísmo y repensar bien cómo vamos a
gastar ese dinero.
Ojala que podamos utilizar nuestros recursos para reflejar el amor de Dios y
ser más como Jesús, los Reyes Magos o María y menos como un típico consumidor o
consumidora capitalista.
Elizabeth Ramirez
Editora Global, Revista Digital
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